LA CALOR - EL CALOR

IMAGEN ESCANEADA DE LA REVISTA PATUFET DEL 2 DE JUNY DE 1972, QUE TENGO ENCUADERNADA

FOTOGRAFIA DE JOAQUIM MUNTANYOLA ( Barcelona 1914-Barcelona 2012),SACADA DE INTERNET.

BONA NIT:
Ja comença a fer calor i he escollit aquesta historieta de Joaquim Muntanyola que a continuació tradueixo al castellá.
Esopero que vos agradui.
Desde Valencia mab carinyo

BUENAS NOCHES:
Ya empieza a hacer calor y he escogida esta historieta de Joaquin Muntanyola que a continuación traduzco al castellano.
Espero que os guste.

                                                                    EL CALOR

    El hijo de un amigo mio me llamó por teléfono para pedirme que escriba alguna cosa sobre el calor.Según él, el calor  se está haciendo insoportable.
    -Estoy sudando desesperadamente. Me siento pesado por la temperatura.Estoy en una oficina sin casi poder respirar.En estas circunstancias, se me hace dificil de coordinar mis ideas y mi rendimiento, ha bajado substancialmente. Si el pais poretende sobrevivir a los horrores de estas sofocaciones es imprescindible que se plantee la batalla contra el calor.
    Etc...et.Confieso que la idea de un joven que desea trabajar y que no puede a causa de los impedimentos de una temperatura excesivamente tropical, me impresionó vivamente.La juvenil energía humana disminuida por culpa de unos grados de más, es bastante grave para que se disparen las señales de alarma que alerten a la gente preocupada por la economía del pais.
    Cité al hijo de mi amigo en un bar cercano, con la esperanza de que el chico aportaría nuevos argumentos y nuevas ideas sus teorías sobre la abolición del calor.
    Y al cabo de un rato llegaba el chico, bañado en sudor, efectivamente.Gruesas gotas le bajaban por la frente y los larguísimos cabellos y las imponentes patillas se veían com9o terminadas de salir de la ducha.
    -Pero ¿ha visto el calor que hace?
    Yo, lo confieso, pensaba que no había para tanto. No tenía frio, pero opino que la temperatura era más bien agradable.
    Claro que yo no llevaba aquel gordísimo jersey de cuello alto que, siguiendo la moda, se había puesto el hijo de mi amigo.

Desde Valencia con cariño, Montserrat Llagostera Vilaró