DE PROFESSIÓ AVIA- DE PROFESIÓN ABUELA

DE ESTA REVISTA QUE TENGO ENCUADERNADA, HE ESCANEADO Y TRADUCIDO ESTA PÁGINA DEL QUE FUE GRAN DIBUJANTE Y ESCRITOR JOAQUIM MUNTANYOLA

BONES TARDES:
Aci teniu una historia que m´agrada y que a continució tradueixo.
Desde Valencia amb carinyo.
P.D. A mí amb sembla que aquesta avia te molt de "morro",

BUENAS TARDES:
Aquí tenéis una historia que me gusta y que a continuación traduzco.

DE PROFESIÓN ABUELA

Toni tenía relación con la Fefa. La familia de la Fefa veía con muy buenos ojos este noviazgo, si bien ellos no decían que festejaban o que eran prometidos, naturalmente, sino que eran "novios".

 Este Toni era un chico de "todas prendas" y nosotros lo teníamos muy a menudo a comer a casa decía la mamá de la Fefa en su tertulía del "Sanoa"
Lo que no decía la mamá de la Fefa era que Toni, cada vez que iba a comer a casa de sus futuros suegros, abonaba la cantidad de doscientas cincuenta pesetas.
Ignoramos los caminos por los que se había llegado al acuerdo del pagamiendo del tiberio, ni los detalles de la taxación. El caso es que al chico le costaba cincuenta duritos; y tampoco no sabemos si los días que la comida terminaba con coñac, ésta era merecedora de un suplemento.
Ha pasado algún tiempo, y ahora el Toni y la Fefa son padres de una preciosa criatura. En algunas ocasiones, el joven matrimonio se va a la ciudad un par de días, y entonces la nena se va a dormir en casa de los padres de la Fefa, a los cuales les hace mucha ilusión tenerla.Cobran, por esto a razón de doscientas cuarenta pesetas por día, pero si sólo se trata de hacer compañía a la nena durante una tarde, mientras la Fefa va a comprar de "boutique en boutique", la tarifa de la madre de la Fefa es de ciento setenta y cinco pesetas. Por llevarla a tomar el sol una horita por la mañana, ciento treinta pesetas. Darle las papillas (las papillas de bote, naturalmente) representa diez duritos, y ponerla a la cama, un suplemento de quice pesetas.
De esta manera todos están contentos. La Fefa no siente complejo de pedigüeña de favores a su madre, y ésta no ha de dar explicaciones a su marido por las excesivas muestras de estimación hacia su nieta.
-No, mi marido no siente celos por nuestra nieta, como pasa a casi todos los abuelos jóvenes - repite la madre de la Fefa siempre que puede.
Y se calla que su marido no le ha de dar más que cincuenta pesetas para que le ponga la cuchara llena a la boca.
Sea como sea, la abuela, que ahora se ha comprado un "Mini", trata muy bien a la niña, que es lo que trata de demostrar. Es una abuela profesional perfecta 
                                      JOAQUIN MUNTANYOLA

Desde Valencia con cariño, Montserrat Llagostera Vilaró.

P.D. A mi me parece que esta abuela tiene mucho "morro".