EL PINO DEL DESPEÑADERO-EL JARDINERO DE GRIAN

TERMINO DE HACER ESTA FOTOGRAFIA MEZCLANDO FIGURITAS CON LAS PLANTAS.

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EL PINO DEL DESPEÑADERO

Sobre un alto despeñadero de las montañas que miran lánguidamente al lago, un retorcido pino asomaba sus desmanejadas ramas al vacío del profundo barranco esculpido durante siglos por el río.

Azotado por el viento que diera luz sus primeras hojas, aquel añoso árbol se aferraba a la tierra y a la vida, penetrando la roca con sus poderosas raíces, buscando el sustrato húmedo que le permitiera seguir en pie arrogantemente frente a los vendavales.

Para el jardinero, aquel pino era una imagen de la voluntad de vivir, un símbolo natural que agradecía observar cuando las fuerzas flaqueaban ante las dificultades de la existencia.

En aquellos días fue a visitarlo, en una amenazante tarde de tormenta. Frente al fuerte viento y las galopantes nubes, el viejo árbol se agitaba de un lado al otro, aferrándose tenazmente a su privilegiado mirador.

El jardinero, con el cabello suelto al viento se sentó frente a él en el despeñadero, y estuvo contemplándolo largo rato en su violenta danza ritual por la supervivencia; hasta que al fin , admirado por su fortaleza, dejó manar sus sentimientos desde fondo de su alma.

Por sus mejillas corrieron las lágrimas, arrastradas por el viento impetuoso y levantándose se acercó hasta el viejo árbol; y en un cálido abrazo se cernieron los dos sobre el vacío. -AUTOR GRIAN-

Desde Valencia, con cariño, amb carinyo, Montserrat Llagostera Vilaró.